
¿Cuál es la Senda del Bienestar?
Vivimos en un momento en el cual hemos alcanzado cotas muy elevadas de bienestar, entendiendo por bienestar como todo aquello que nos facilita la comodidad y el confort.
Disfrutamos de camas donde dormir, un techo donde resguardarnos, variedad de ropa y calzado, comida sin tener que recolectar o ir a cazar, medios de transporte cómodos y rápidos, medicinas, comunicación global y accedemos a toda la información que queramos en un instante. Aún así, no encontramos lo que hemos imaginado que sería el bienestar, ya que no estamos bien, no somos felices o no como lo habríamos imaginado cuando la fuerza de la juventud nos hacía soñar, sí, quizás estamos cómodos y seguros en cierta medida, pero no es esa felicidad que habíamos soñado.
Aún así, seguimos persiguiendo esa deseada felicidad, ese bienestar interior, pero en esa carrera sin fin acabamos extenuados, cansados y frustrados.
Entonces te paras y te preguntas: ¿Qué estoy haciendo con mi vida? ¿Cuándo dejaré de correr?
En ese momento es cuando miras y te preguntas que podrías cambiar, que está fallando en la maquinaria que has ido organizando para ser feliz, se suponía que al llegar aquí ya serías feliz y se te empieza a ocurrir… que quizás si cambiaras de pareja, porque está claro que fulanito no colabora, o si consiguieras el merecido ascenso, o si cambiases de trabajo, o si tuvieras un coche mejor. O quizás ya te has dado cuenta de que todo esto no funciona y comienzas a recitar mantras, te apuntas a Yoga, haces acupuntura o te entregas a la terapia.
No digo que nada de esto no pueda funcionar, quizás sí durante un tiempo, pero luego vuelta a empezar, pareces metido en una rueda, como en las películas antiguas que el paisaje giraba continuamente, para volver de nuevo al mismo sitio.
Según Buda, la vida es sufrimiento y el sufrimiento es causado por el deseo y la avidez… Deseo, avidez, ¿qué significa?; ¿que no puedo desear? ¿Que no debo rechazar? Sí, pero no es eso. No he ayudado mucho, ¿verdad?
Estamos tan cegados por el deseo, escapamos tanto de lo que no nos gusta, que se nos olvida preguntarnos qué es eso del deseo y de la avidez, de donde nace.
En la meditación Vipassana, cuando nos hablan de las sensaciones agradables y desagradables, siempre nos invitan a ser totalmente ecuánimes con las dos, es decir, no apegarnos a las agradables ni rechazar las desagradables, ya que todo ello es tan solo una etiqueta que le ha puesto la mente de manera muy superficial, se te invita que te quedes con ello, profundices y sobre todo a aprender de la experiencia, de que igual que surgen, las sensaciones, desaparecen. Nada es permanente, anicca.
Nada, salvo el instante que vives en este momento, puede ayudarte a la plenitud, ya sea con sensaciones agradables o desagradables, todo ello, es el maestro que te enseña a estar vivo y florecer, nacer a cada instante en la sensación, en la emoción, en la vida.
Lamento decir que no existe ninguna solución, no hay salida, no hay forma de escapar, es solo el modo de ver e interpretar el momento. Te invito a cambiar el foco del pensar, de crear expectativas, a estar sintiendo las cosas tal y como son, pero con ecuanimidad, con amor a lo que ocurre, con apertura.
Si saliésemos a la calle dispuestos a preguntar a la primera persona con la que te cruces, sobre el estado de la política de este país, seguro que podría decirte, con muchos tintes de opinión y juicio, lo que ocurre exactamente.
Pero qué ocurriría si en cambio le preguntases: “perdona, ¿Qué es lo que sientes en este instante?, no que es lo que piensas, sino ¿que sientes?»
Primero observa su cara, porque lo más seguro es que no sepa ni remotamente de que hablas, se quedaría sorprendido y le parecería una pregunta de lo más extraña. Es posible, que quizás piense en alguna respuesta inteligente, pero no sabría como comenzar a sentir, haz la prueba, yo lo he hecho y es muy curioso.
En EBINTE, queremos proponerte un juego, el juego del sentir, el juego del vivir, el juego de jugar.
Intuimos que sabes intelectualmente que es una emoción, incluso que podrías etiquetarla como “buena” o “mala”, pero ¿se te ha ocurrido entrar en ella?, no hablamos de luchar contra ella, me refiero a dejar que te atraviese.
Recorre con nosotros La Senda del Bienestar y aprenderemos juntos, no te dejaremos solo, porque otra cosa que defendemos es que el trabajo es propio, pero entre todos aprendemos más, nosotros también aprendemos contigo.
Que seas feliz, que todos los seres sean felices.
Ebinte: Escuela de Bienestar Integral